sábado, 17 de abril de 2010

Compraventas de viviendas de Febrero

Los datos de compraventa de viviendas iel mes de febrero muestran que el deterioro del indicador se ha estabilizado. El número de compraventas se situó en 41.033 viviendas, lo que supone un aumento del 7,2% respecto a enero, así como un aumento del 18,7% respecto al mismo mes del año pasado.
VIVIENDA LIBRE/PROTEGIDA.
Dependiendo del régimen de protección, el 87,1% de las compraventas corresponden a viviendas libres, mientras que el resto son viviendas protegidas (12,9%). Respecto al crecimiento de ambas partidas, tenemos que mientras las de protección han crecido un 24,6% intermensual, las libres han crecido sólo el 5,1%. Respecto al mismo mes del año pasado el crecimiento de ambas partidas ha sido más pronunciado; las protegidas han crecido un 40,7%, mientras las libres lo han hecho un 16%.

VIVIENDAS LIBRES/USADAS.
Respecto al estado de las viviendas, el 52,1% son viviendas nuevas, y el resto usadas (47,9%). Las primeras han crecido un 9,8% respecto a enero de este año, mientras que las usadas lo han hecho un 4,6%. Si comparamos los datos respecto a febrero del año pasado, las nuevas han crecido un 14,4% mientras las usadas un 23,7%.

Las cifras muestran que la demanda de viviendas nuevas está en torno a las 16.000-17.000 viviendas nuevas mensuales, lo que supone una cifra acumulada anual de 190.000-200.000 viviendas. A principios del año pasado las distintas estimaciones realizadas, ponían en el mercado entre un millón y un millón doscientas mil viviendas, por lo que el stock existente en venta sigue siendo demasiado alto. Las expectativas tampoco son optimistas, debido a que los principales impulsores de la demanda están seriamente afectados por las crisis: el alto nivel de desempleo y la inestabilidad laboral se mezcla con la restricción del crédito por parte de las entidades financieras. Los senda bajista de los precios tampoco ayuda, ya que los compradores prefieren esperar mejores condiciones futuras. Si le sumamos a lo anterior el aumento significativo del ahorro y el desapalancamiento financiero en marcha de las familias españolas, el resultado es un mercado apático en espera de nuevas condiciones económicas que eliminen las incertidumbres actuales.