domingo, 27 de junio de 2010

Situación de la economía Española

Según el informe Situación España del segundo trimestre de 2010 del Servicio de Estudios del BBVA, la economía española se encuentra con dos grandes problemas actualmente. Por un lado, el elevado nivel de desempleo que continuará así en el corto y medio plazo, y por otro el proceso de reducción de pasivos financieros adquiridos durante los últimos años por parte del sector privado, a lo que hay que añadir el proceso de ajuste fiscal puesto en marcha en el mes de mayo. Ese mes ha sido especialmente perjudicial debido al aumento de la prima de riesgo país, y a la necesidad de cubrir en el exterior el endeudamiento del estado español en clara competencia en la búsqueda de recursos financieros con el sector privado, a lo que se suma la refinanciación del enorme endeudamiento anterior de nuestra economía. Estas cuestiones son las causas principales de un horizonte incierto para el crecimiento económico en los próximos años. 
La disciplina de los mercados ha obligado a tener que asumir un menor crecimiento a cambio de un mayor equilibrio de las finanzas pública, además de tener que tomar decisiones en materia de reformas estructurales con las que dinamizar la economía y poder generar empleo de manera progresiva y estable. Si el ajuste fiscal es real y consistente, es más fácil generar en los agentes económicos la confianza y sólidas expectativas sobre el clima económico que ayudará a crecer de forma más fuerte que si se utiliza el gasto público para mantener el PIB de manera prolongada. El contexto económico mundial ha generado dos influencias significativas en nuestra economía: el aumento del diferencia respecto al Bono Alemán, lo que se traduce en un aumento de la carga financiera de la deuda pública, y la depreciación del Euro frente a las principales monedas que posibilita la mejora competitiva de nuestras exportaciones al exterior. Las exportaciones han mostrado un perfil bueno durante estos últimos meses, lo que ha generado una aportación positiva al crecimiento de PIB. Recientemente han empezado a crecer de forma significativa las importaciones por lo que el saldo comercial exterior de nuestra economía ha vuelto de descender debido al notable aumento de estas últimas mientras las primera permanecían relativamente estables. En el horizonte también está presente el precio del crudo; algunas estimaciones realizadas por analistas sitúan el precio de petróleo en torno a los 100 $/Barril para el próximo año, algo que perjudica notablemente nuestra balanza de pagos y la inflación.

El sector privado parece tener bastante avanzado su proceso de reducción del endeudamiento, y ahora le toca el turno al sector público con las medidas recientes  puestas en marcha. El mayor equilibrio financiero se puede ver en la reducción importante de la inversión, junto con el aumento del ahorro de los hogares que en 2010 se sitúa en 7 puntos de la Renta Disponible por encima de la del 2007. Algo que puede perjudicar el crecimiento durante el segundo semestre de este año será el aumento del IVA previsto que entrará en vigor en julio. Probablemente se estén adelantando consumo sobre todo el de bienes duraderos y de inversión, ante la inminente subida de precios.
El ajuste fiscal en marcha tiene dos componente básicos: el aumento de impuestos indirectos antes comentado que supone una dualidad en cuanto al impacto sobre los ingresos marginales que se obtendrán; por un lado, el aumento de impuestos genera una disminución del consumo y por tanto un descenso de actividad económica y de la recaudación, pero por otro, los ingresos fiscales marginales sobre el consumo existente serán mayores; de la evolución de dicha partida dependerá el objetivo recaudatorio planteado. La consolidación fiscal vía descenso del gasto público tiene mayor probabilidad de que el déficit real de la economía se ajuste al plan previsto. Cuando se carga el mayor peso de la consolidación en el incremento de los ingresos fiscales debido al aumento de la actividad económica generada por los planes de gasto público, el resultado final suele ser menos consistente.

PREVISIONES PARA LA ECONOMÍA ESPAÑOLA
El servicio de estudios del BBVA estima un crecimiento negativo del PIB para 2010 del -0,6% mientras para 2011 espera una tasa positiva del 0,7%. En concreto para el segundo y tercer trimestre de este año el crecimiento será negativo en -0,4% y -0,3% respectivamente, debido a los planes de ajuste fiscal puestos en marcha para conseguir el objetivo del 3% de déficit para 2013, y al aumento de la incertidumbre en los mercados de financiación que suponen una subida del diferencial de los tipos de interés respecto al bono alemán y que encarece la carga financiera de la economía española.
La probabilidad de recesión disminuye conforme los indicadores económicos van suavizando la pendiente con la que se estaban deteriorando. La demanda nacional parece estar consolidando la vuelta a la normalidad aunque las estimaciones del servicio de estudios para los dos próximos años todavía las coloca en terreno negativo en un -1,9% y -0,4%, en gran medida debido a la  dinámica de corrección del mercado residencial que sigue con su inercia correctora (-16;5% en 2010 y -5,6% en 2011). El mejor comportamiento podemos observarlo en las exportaciones que han registrado un dinamismo positivo y que esperan para este año continúe con dicha tenencia (5,3% para 2010 y 5,6% para 2011).
Respecto al empleo se espera que la EPA (Encuesta de Población Activa) se sitúe en 2011 en el 19,2% de la población activa con un descenso del empleo total del -0,3%. No sabemos si las previsiones sobre el paro para el próximo año incorporan las nuevas medidas tomadas recientemente para la reforma del mercado de trabajo, pero lo que si está claro que mientras no empiece a tomar forma una creación de empleo sólida el crecimiento seguirá siendo débil. La Renta disponible Bruta seguirá de igual manera reflejando la situación de su principal componente que son las rentas de los asalariados muy castigadas por el deterioro brutal en el número de personas trabajando.
En conclusión,  la fase más intensa de la crisis se pasado y el consumo se estabiliza -a pesar de los problemas en el mercado laboral- y las exportaciones ha tomado una senda positiva que se puede ver impulsada por la reciente depreciación del euro frente al dólar. Hasta que no se consolide la reforma laboral y el crecimiento económico mejore, seguiremos con una tasa de desempleo excesivamente alta que afectará al resto de variables del sistema. El proceso de ajuste de nuestra economía está en marcha, por la vía de ajuste fiscal y de reformas estructurales que doten de mayor competitividad a nuestras exportaciones, además de una mayor productividad al factor trabajo. No debemos olvidar que España ha presentado un déficit en su balanza de pagos excepcionalmente alto, el cuál ha comenzado también a corregirse y que se situará por debajo del 3% para los dos próximos años.